Maximiliano Calvo

Maximiliano Calvo, nos cuenta sobre su proyecto solista luego la separación con Intrépidos Navegantes. Su primer trabajo discográfico se titula Mambo y Tecnología y lo estará presentando en el auditorio Astor Piazzola del Centro Cultural Borges el 8 de Septiembre a las 19hs. Las entradas ya estan a la venta por Plateanet y las primeras 100 personas en presentarse en Centro Cultural contaran con un acceso exclusivo a una degustación de cerveza artesanal Portlander. Mas info acá.

¿Cómo fue el proceso de este nuevo proyecto después de la separación de Intrépidos Navegantes?

Yo siempre fui muy amante de la música de raíz de Latinoamérica, sobre todo de Uruguay. Siento que el candombe tiene algo muy especial, una mística hermosa que representa a todo el pueblo Uruguayo que tiene una gran personalidad en la música de raíz de todo el continente. Ya con IN hace mucho habíamos hecho una versión de “Esa Tristeza” de Eduardo Mateo con Martín Buscaglia. Tal vez ese era más mi lado dentro de la banda, que luego fue creciendo bastante en mis estadías por aquellas costas y al pasar los años yo estaba cada vez más metido trabajando con guitarra de nylon e investigando compositores de música de raíz latinoamericana. Me concentré mucho, principalmente, en la obra del ya nombrado E. Mateo. Mateo Bien Se Lame me parece una obra de arte de la música universal. Una joya, que incluso, fue grabada acá en Argentina y en el mismo estudio donde grabamos Aguas, el primer disco de IN, en ION. Divina coincidencia. Retomando, te contaba que me había concentrado en la obra de compositores como Eduardo Mateo, los Fattoruso, Rubén Rada, Fernando Cabrera, El Príncipe, Martín Buscaglia y la música de tambores del Río De La Plata.

Vaya a saber uno porqué me atrapó tanto aquel folclore, tal vez por que Montevideo es muy parecida a Rosario, en cuanto a la mística musical y poética que rodea el río. A partir de ese enamoramiento con la música de raíz, gracias a Uruguay, fui investigando diferentes ritmos y me puse con el canto con caja de la Quebrada de Humahuaca, comencé a entrar en la obra de Leda Valladares y con ella a bagualas y vidalas perdidas de Salta y alrededores, la mayoría sin autores como la “Baguala Del Valle De Lerma” o la “Vidala De Los Indios” de Catamarca. Siempre tuve algo con la música que se hace en función de algo muy especifico y chiquito. La copla, por más grandilocuente que parece, es usada para las acciones más pequeñas. El otro día, viendo un documental de coplas, había una escena en donde la abuela le enseñaba coplas al nieto y ella le decía: “Esta copla debes aprenderla bien, mira si viene una niña que te gusta y te canta la mitad de la copla y no sabes qué responderle“. Me pareció una de las magias poéticas más grandes que tuve el placer de distinguir, de hecho la antes nombrada “Vidala De Los Indios” tiene una copla dentro que dice: “Para cantar la vidala/tienen mucho que aprender/porque no sabiendo coplas/no saben que responder.” Me sentí muy identificado por todo eso y creí que era muy interesante mezclar todo eso con la música popular que hace años vengo desarrollando. Siento que este camino me da más calma y al mismo tiempo me junta con el baile desde los tambores, desde la tradición.

¿Cómo describirías tu sonido? ¿ Y cuales son tus principales influencias?

Creo que la música que estoy haciendo está muy influenciada por la música de raíz de Latinoamérica, pero al mismo tiempo siempre fui muy amante de la música popular argentina, entonces da como resultado un “Aire a Candombe”, “Un Aire a Zamba”, “Un Aire a Chamarrita”. No puedo hacer géneros puros porque vengo de otro lado. Nebbia siempre decía que los intelectuales del folclore le cuestionaban sus zambas y bossas porque no tenían medidas del estilo o por que había ciertos códigos que no se respetaban y él respondía que eran su visión del género. Creo que aquí hay algo de eso. Es mi visión prematura de una música inmensa. Yo también decidí virar a este lado porque siento que tengo mucho desarrollo e investigación, mucho juego. Hay millones de cuencas y de música de centroamérica que no conozco o cantores de boleros que tampoco conozco a fondo. La obra de Agustín Lara y Simón Díaz son cosas que tengo ahí en el tintero de la escucha e inmersión. También me falta mucho de la música del Brasil y recién ahora estoy entrando un poco en la bulería y en la música tradicional de España, intentando dejar algo de eso en el disco venidero. Es larguísimo el camino y siento que es un trabajo de toda una vida. Siento que también lo estoy llevando a mezclar la música de raíz con tecnología, sampleando tambores de Rada, o armando los ritmos con elementos electrónicos o mezclando los ritmos típicos con bajos sintetizados o guitarras de nylon con algunas cuerdas sintetizadas o un desarrollo del estilo. En los conciertos se pone bien lindo eso porque se arma un ritual lindo de baile, de encuentro entre el espectador y el espectáculo. Quita esa frialdad que suele haber en los conciertos de artistas nuevos en donde aún los que asisten al concierto no conocen las músicas del artista que da el concierto.

¿Que encontras en tu trabajo solista que no encontrabas en Intrépidos Navegantes?

En principio puedo hacer cualquier cosa que me imagine por el hecho de que aquel hecho musical/artístico que lleve a cabo solo pasa por mi óptica. En IN el trabajo era muy grupal. Eramos un conjunto que charlaba y debatía mucho todo, siempre consciente del material que exponía al que escucha. También por eso decidimos parar. Porque fuimos respetuosos con nuestra visión. IN funciona como un grupo de amigos que empezó a hacer música por que teníamos visiones complementarias de la vida y de la unión de música y poesía. Cuando eso empezó a dividirse y ya vimos que nuestras visiones no eran complementarias, nos dimos cuenta que necesitábamos darle otro porqué a la música de cada uno de nosotros. Yo los amo con todo mi corazón a los chicos y no cabe ni una duda de que si algún día, naturalmente, nos sentimos de nuevo conectados, hagamos otro disco.

Yo ahora en mi plan siento que tengo algo de libertad que me faltaba trabajando en grupo y más con un grupo tan fuerte como IN, que tenía un ADN marcadísimo y una agenda apretada. Necesitaba darle espacio a mis canciones y a mis búsquedas. Trabajando en este disco encuentro todas experiencias nuevas, otra forma de vestir las canciones, otra forma de concebirlas y de verlas a la distancia. Hay una cosa de trabajo personal muy grande, a veces peligroso, jaja!

¿Qué nos podes contar de la canción ‘Nicanor’?

‘Nicanor’ nace de mi imaginario. En su momento no existía y decidí darle vida diciéndole algunos consejos, contándole un poco mi visión de la vida. Nunca había jugado tan ludicamente con una idea. La canción me llevó bastante tiempo terminarla porque mientras iba creciendo, ‘Nicanor’ también iba creciendo, sentía que tenía que decirle otras cosas, tocar otros puntos. Hasta el día de hoy me quedan mil cosas por decirle.

Hace un tiempo pensé que en realidad me estoy hablando a mí mismo y después pensé en los padres, en los consejos que nos dan, casi siempre se hablan a sí mismos también. Hablan desde su experiencia y luego vos vivís tomando lo que podes o queres. Espero que ‘Nicanor’ sea feliz y escuche , por lo menos, algunos consejos. Hoy ya vive en el imaginario de los que escucharon la canción y eso hace ya que esté viviendo.

Vimos en tu Facebook que estabas dibujando el arte de tapa del disco vos mismo, ¿cuál es tu relación con el arte?

Estoy intentando hacer todo yo. El arte, el video y todo lo que rodeé a mi primer disco en solitario. Por suerte tengo gente hermosa a mi alrededor que me va ayudando y bastante. En el caso de la tapa del disco estoy yendo mucho al taller de Laura Hita, que es una gran artista plástica. Ella me está ayudando mucho, juntos vamos viendo qué perfil darle al autorretrato. Yo la admiro mucho a ella y confío en su guía. Aún no confío mucho en mí como hacedor de un cuadro de esa trascendencia pero me pasaba lo mismo cuando empecé a mostrar las canciones. Hay algo de arriesgarse y exponerse mucho a la hora de mostrar la producción personal. Yo prefiero emprender lo que voy queriendo a tener miedo de hacerlo. Siento que toda la vida fui entrando en lugares desconocidos. Me gusta salir de mi zona de confort para determinarme en cualquier dirección, en este caso es una pintura, un autorretrato que estará en la tapa de mi primer disco solo. Fuertísimo. Espero hacerlo medianamente bien, que me conmueva.

¿Qué planes tenes para el futuro?

Yo tengo algunos problemas con el futuro, por no decir demasiados, ja! Tengo siempre la sensación de estar haciendo menos cosas de las que debería. Me pasa que todo lo que quiero hacer, lo quiero hacer hoy y voy actuando en base a mi deseo primero, a ese pulsar. Luego eso cambia y ese plan que tenía cambia con ese deseo. Al final viendo desde lejos el plan en su totalidad ves que tuvo millones de inflexiones y cuestiones no muy coherentes… pero no puedo evitarlo. Si pienso mucho en lo que pasará o en lo que quiero que pase dejo de darle peso al hoy. Tal vez por eso mi economía sea tan mala pero para el desarrollo artístico me fue bien ese criterio. Veremos como sigue. Por ahora me siento bien con esto y, sobre todo, siento que tengo mucho que aprender. Como te decía antes, un trabajo de una vida entera. - Vomb

Las canciones, salvo las más raras, tienen tres motivos de nacimiento: 1. La intención de seducción, con el uso de cualquier argumento para que la persona pretendida responda a nuestros requerimientos sentimentales. 2. El encuentro fortuito del amor correspondido, la alegría momentánea, ese éxtasis de duración milimétrica en el cual creemos en aquello que algunos vivos dieron a llamar “la felicidad”. 3. Cuando todo terminó y es el compositor de la canción el que se siente solo y abandonado en el mundo, ya que su pareja se ha ido (seguramente con otro) y ha hallado la alegría en otros pagos. En esta última categoría caen la mayoría de los temas y con base en ese sentimiento de despecho es que se ha construido gran parte del arte de la humanidad.

Por otro lado, el despecho, en los momentos más ridículos del siglo 21, tiene amplia residencia en las redes sociales. Hemos visto cómo muchos de los clientes de Facebook han tenido su momento débil y han expresado, creyendo estar solos, la nostalgia que sienten mientras el ser añorado exhibe feliz sus fotos en la playa, al lado de un coctel colorido, tipo Piña Colada, abrazado de alguien que seguramente no conocemos pero que en dos parpadeos ya odiamos. De ese tipo de situaciones es que nacen buena parte de los memes que inundan Internet. Por más sofisticado que sea nuestro smartphone, la vida sigue siendo una miseria y además la compartimos digitalmente con el resto de la humanidad.

Bueno, de eso se trata Mambo y tecnología, el nuevo video del cantautor argentino Maximiliano Calvo. Una buena mezcla de imágenes en buena resolución con momentos “intimos” tomados con la pixelación del teléfono de turno, donde queda claro que el autor extraña a su exmujer, que ya anda publicando contra viento y marea los afortunados resultados del cambio de relación. Ojo, el video está bien hecho y la canción gusta. Igual, el estado de desolación permanece. - Zona Girante

El compositor, cantante y guitarrista presenta su nuevo proyecto solista esta noche en Berlín. El artista se alejó de Intrépidos Navegantes para dejar fluir los ritmos latinoamericanos que influencian su música.

El compositor, cantante y guitarrista Maximiliano Calvo presenta su nuevo proyecto solista, esta noche, a las 20, en Berlín (Pje Simeoni 1128). El artista rosarino radicado en Capital Federal se alejó de su grupo anterior de rock, Intrépidos Navegantes, para dejar fluir los ritmos latinoamericanos que influencian su música.
—¿Cómo se dio el cambio de Intrépidos Navegantes a ser solista? ¿Fue una decisión unánime? ¿Qué buscás en crear tus propias canciones?
—Siempre fui muy amante de la música de raíz latinoamericana, sobre todo de Uruguay. Siento que el Candombe tiene algo muy especial. Un mística hermosa que representa a todo el pueblo Uruguayo y tiene una gran personalidad en la música de raíz de todo el continente. Ya con Intrépidos Navegantes hace mucho habíamos hecho una versión de "Esa Tristeza" de Eduardo Mateo con Martín Buscaglia. Tal vez ese era más mi lado dentro de la banda, que luego fue creciendo bastante en mis estadías por aquellas costas y al pasar los años yo estaba cada vez más metido trabajando con guitarra de Nylon e investigando por compositores de música de raíz latinoamericana. Sentí que era muy interesante mezclar todo eso con la música popular que hace años vengo desarrollando. Siento que este camino me da más calma y al mismo tiempo me junta con el baile desde los tambores, desde la tradición.
—Lanzaste tu nuevo corte de difusión "Nicanor", con una lírica súper emotiva. ¿Estás hablándole a tu futuro hijo? ¿De dónde surgen tus ganas de hablar de eso?
—"Nicanor" nace de mi imaginario. En su momento no existía y decidí darle vida diciéndole algunos consejos, contándole un poco mi visión de la vida. Nunca había jugado tan lúdicamente con una idea. La canción me llevó bastante tiempo terminarla porqué mientras iba creciendo, "Nicanor" también iba creciendo, sentía que tenía que decirle otras cosas, tocar otros puntos. En realidad me estoy hablando a mí mismo.
—¿Qué podés adelantar de tu show en Rosario?
—La música que estoy haciendo está muy influenciada por la raíz de Latinoamérica pero al mismo tiempo siempre fui muy amante de la música popular argentina, entonces da como resultado un aire a candombe y a zamba. En los conciertos se pone bien lindo eso porque se arma un ritual de baile y de encuentro entre el espectador y el espectáculo. Quita esa frialdad que suele haber en los conciertos de artistas nuevos en donde aún los que asisten no conocen las músicas del artista que da el espectáculo. - La Capital